Compostar: otra manera de reciclar

Compostar: otra manera de reciclar

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Cuando pensamos en reciclaje, casi inmediatamente pensamos en reciclar nuestros plásticos, cartones e incluso las latas de los refrescos, pues compostar es otra manera de reciclar. Muy pocas veces se nos viene a la cabeza reciclar nuestra comida, ¿o me equivoco?
Sí, sí es posible reciclar nuestros desechos de comida–porque claro, aunque nuestra mamá siempre nos dijo que tenemos que comernos todo lo que hay en el plato, muchas veces no lo hacemos. 

Como un tercio de la comida que se produce en el mundo se desecha anualmente– unos 1.3 billones de toneladas. En base a esos números se desechan mayormente frutas y vegetales. Ese número es gigante, claro está, pero ¿qué tan grande es? Es parecido al peso de unos 24 000 cruceros. ¿Te imaginas 24 cruceros hechos de comida desechados todos los años? Eso es como dos cruceros por mes.

Tal vez pensés “Ah pero María, es materia orgánica, se va a degradar en los vertederos, obviamente” Pues no necesariamente, estos vertederos no están ventilados ni proporcionan los ambientes necesarios para que esto pase con la rapidez que se necesita si desechamos dos cruceros hechos de comida cada mes.

De hecho, el arqueólogo William L. Rathje encontró perros calientes perfectamente “conservados” de hace 40 años, cabezas de lechuga de 25 años y guacamole encima de un periódico de 1967.

Además, cuando la descomposición de los alimentos se realiza de una manera anaerobia–sin oxígeno–libera Metano. Y ¿adivinen qué? El Metano es 30% más dañino que el dióxido de carbono cuando nos referimos a los gases de efecto invernadero.

Claro está que tenemos que actuar, pero ¿cómo podemos empezar?

Quiero introducirte al compostaje– es la práctica de convertir nuestros desechos de la mayoría de comidas en abono orgánico de inmensa calidad– y aunque no tengan un jardincito o un par de plantas en sus casas, creo que esto les va a interesar. 

Sé que muchos ticos no están muy familiarizados con el concepto y tal vez tengan sus miedillos para empezar– como que es difícil, huele mal o que no es práctico.
Tranquilos, es una práctica súper sencilla y muy beneficiosa para nuestro ambiente y si se hace correctamente no tendrá olores– a lo máximo un leve olor a tierra. 

Primero, para entender qué es exactamente compostar, debemos entender los 4 elementos básicos del compostaje– Carbono, Nitrógeno, Agua y Oxígeno.

Carbono– Es la fuente de energía para los microorganismos. Los materiales que son ricos en carbono incluyen hojas secas, papel periódico e incluso pedazos de papel bond y toallas de cocina. 

Nitrógeno– Es la fuente de componentes con proteínas que ayudan a que los microorganismos crezcan y se reproduzcan. Los materiales que se utilizan acá son los restos de comida como frutas y vegetales, cualquier tipo de “verdes” (desde pasto hasta lechuga) y café molido. 

Agua– Es necesaria para la hidratación de los microorganismos. No puede haber mucha, porque los ahoga; ni poca porque los deshidrata. Una regla general es que la textura se sienta “mojadita” y no como un atol de avena. 

Oxígeno– La clave de todo este proceso. El lugar (y los aparatos que se utilicen) deben estar bien ventilados porque cuando los microorganismos empiecen a trabajar, van a ir consumiendo oxígeno y eventualmente necesitarán más. 

Ahora que ya entendemos la importancia de los 4 elementos del compostaje, debemos saber que hay varias formas en las que podemos compostar. No importa si vivís en un apartamento o en una finca– alguna se puede adaptar a tu ambiente y necesidades. 

Te voy a hablar de la más práctica, en mi opinión.

COMPOSTAJE CON LOMBRICES. 

Además de esos 4 elementos, necesitamos 2 más: un recipiente apto y lombrices de tierra–rojas californianas.  

Recipiente 

Para crear el recipiente, necesitás un balde de metal–recordemos que queremos evitar el plástico– el tamaño depende de tus necesidades, pero para empezar, uno como los que usan para vender pinturas está perfecto. Después podés adaptarte.

Recordemos que se necesita oxígeno, entonces hay que hacerle huecos al recipiente– en la base como a unos 1.5cm de cada uno y a los lados a unos 3cm de cada uno.
Para que no se haga un “reguero”, también hay que conseguir una base tipo plato para que el agua residual no se esparza. (Por cierto, esa “agua residual” también es muy útil para las plantas)

Es recomendable que se consiga una tapa– hacerle huecos igual que a la base– porque a las lombrices no les gusta mucho la luz. Si no, mantenga el recipiente en un lugar con poca luz.

Lombrices 

Las lombrices que se utilizan en esta práctica, son las clásicas “lombrices de tierra” llamadas rojas californianas. No son difíciles de conseguir– podés conseguirlas en la Escuela Centroamericana de Ganadería o en el INA (En el Centro Nacional Especializado de Agricultura Orgánica); también hay muchas personas que las venden de manera casual, basta con una búsqueda en internet o preguntarle a amigos que les interese la pesca. 

Asamblar el sistema. 

Ahora que ya tenés todo listo, podés empezar a compostar. ¡Felicidades! Vamos a ver cómo funciona todo. 

Primero, hay que saber balancear el Carbono y Nitrógeno. Lo máximo normalmente funciona es una razón 50/50, pero lo más recomendado es una razón 3 partes carbono y 1 parte Nitrógeno.

Empezá basando tu recipiente en unas 3 partes de materia “café” (Carbono)– puede ser hojas secas, trozos de papel periódico, trozos de papel bond, aserrín, paja, etc.  


Luego, podés poner tu materia “verde”– café molido, cáscaras de huevo, desechos de frutas y vegetales, pasto, pelo, arroz o granos, etc. 

Es importante que cada vez que volvás a meter materia “verde”, tratés de mantener la razón de al menos 50% café y 50% verde.

Insertá las lombrices de tierra– como una mano llena. 

También, rociá agua al principio y chequeá constantemente para ver si es necesario hacerlo de nuevo. Recordá que es importante que esté “mojadito” y no como atol de avena. 

Y ¡LISTO! En unas 4 semanas ya es posible que empecés a generar compost– se ve exactamente como tierra. *

*Si lo crees necesario, podés depositar el compost en una bolsa biodegradable para transportarlo más fácil. (Las bolsas biodegradables las podés conseguir en bolsas compostables a un precio buenísimo). 

Es importante saber qué puede se puede compostar y qué no. 

NO SE PUEDE
-MUY IMPORTANTE saber que mientras muchas cáscaras se pueden compostar, no podés compostar cáscaras de cítricos con el compostaje con lombrices. EVITALO. 
-Carnes
-Huevos
-Productos lácteos como queso o Yogurt. 
-Comida cocida o tostada. 
-Aceites 

SÍ SE PUEDE
-Café
-Cáscaras de huevos
-Pelo
-Desechos de frutas y vegetales (No cítricos) 
-Hojas verdes 
-Algas comestibles
-Especias 
-Cualquiera de los productos compostables disponibles en Compra Sin Plástico. 

El compost que generés va a ser súper útil para tu jardín o plantita que tengás… Y si no tenés, podes regalárselo a algún amigo, llevarlo a las plantas de tu trabajo/universidad, o incluso llevarlo a las campañas de reforestación para asegurar que los árboles crezcan súper bien.  Espero que aprendieras un montón y que te animés a compostar. Seamos parte de todas las piezas de legos que construyen la solución a un mundo mejor.


Bibliografía 
-Gardeners – Composting 101.
-Organizacion de Comida y Agricultura de la ONU (FAO) – Key facts on food loss.
-William Grimes for The New York Times – Seeking the Truth in Refuse.

María José García Cárdenas

María José García Cárdenas

Egresada del Sistema Nacional de Colegios Científicos. Exolímpica Nacional de Química, creadora de Green Minutes Blog que se enfoca en analizar los problemas ambientales y presentar soluciones plausibles. También, feminista, amante de los idiomas y las culturas del mundo y enamorada del cosmos. (www.greenminutesblog.wordpress.com)

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